jueves, 22 de septiembre de 2011

EPM de México (caso de joint venture culturas diferentes)


El siguiente es un caso que preparé para su discusión en cursos de administración que dicté. Los datos son ficticios. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. Se permite su reproducción citando la fuente.  Derechos reservados (2006)

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En julio de 2004, Javier Serrat viajaba con Ignacio Pérez Monte  rumbo a México respondiendo a la invitación del principal cliente de su compañía para desarrollar juntos un negocio de minerales en México. Ignacio había asumido la presidencia de EPM, la empresa más grande de la familia,  en reemplazo de Don Fernando Pérez Monte. Javier, economista de la Universidad de Barcelona había ingresado a la empresa como jefe de costos hacía algunos años y hoy, con 33 años,  se desempeñaba como Director de Operaciones y mano derecha de Ignacio (o Nacho como la mayoría lo llamaba) en varios negocios. En México los esperaban Carlos Sánchez Treviño, Director de Enertran, unidad de negocios energéticos subsidiaria de Concretos Mexicanos (CONCREMEX) en USA , también Gustavo Ramírez López VP de Energía de CONCREMEX y Eduardo Layún Chala, quien había regresado recientemente de Suiza donde se había desempeñado como Director de una unidad de desarrollo tecnológico de CONCREMEX (Anexo 1). Este tipo de reuniones era muy difícil de coordinar, porque cada uno de ellos, especialmente Gustavo y Carlos pasaban gran parte de su tiempo viajando entre destinos de América, Asia y Europa.

Energéticos Pérez Monte  (EPM) era una empresa de origen familiar, cuya historia puede remontarse cien años en la historia de España de la minería y los combustibles sólidos. En la década del 90 EPM vendió una parte de su capital accionario a una corporación internacional. El anexo 2 presenta más información sobre EPM. CONCREMEX, por su parte, era una importante empresa de concretos de origen mexicano que había crecido muy fuertemente con una agresiva política de fusiones y adquisiciones y apalancándose en una ventajosa situación del mercado interno mexicano en sus productos, y en la capacidad para reducir sus costos energéticos, alcanzando niveles de facturación muy significativos (Anexo 3). Operaba en varios países y era considerada una empresa exitosa por las instituciones financieras y la opinión pública en general.


La reunión fue intensa en trabajo. Todos estaban animados. La propuesta era desarrollar en México un negocio similar al que tenía EPM en España, con el respaldo de CONCREMEX y el know-how de EPM. Participarían en igual proporción y acordaron un plan de negocios inicial y un esquema de trabajo en el que Eduardo asumiría por parte de CONCREMEX la Gerencia General de esta nueva compañía y Javier prestaría su apoyo desde España pero viajando frecuentemente a México y permaneciendo al menos dos semanas cada vez. Las demás gerencias de la compañía serían asumidas por dos representantes de cada empresa que se ocuparían de las Operaciones, Ventas, Finanzas y Asistencia Técnica.

Javier sentía un enorme orgullo por este nuevo emprendimiento. Para él representaba un importante desafío personal y profesional. La operación se presentaba como un negocio que podía superar muy pronto al propio negocio español.  Además de alguna manera representaba un importante voto de confianza por parte de Ignacio que no quería defraudar. Javier conocía bien la industria de minerales en los que operaba su empresa, y sobre todo había adquirido fuerte experiencia en las operaciones y los sistemas de costos, algo que sería muy provechoso en el primer año ya que  había que desarrollar una red logística para atender a los clientes y también implementar un nuevo sistema administrativo. Se hubiera radicado en México para seguir de cerca el proyecto pero su esposa estaba embarazada.

Hacia siete años que Eduardo formaba parte de CONCREMEX pero esta era su primera actividad ejecutiva. Hasta ahora se había desempeñado en la evaluación de nuevos proyectos y el desarrollo de negocios. Graduado de una de las principales escuelas de negocios americanas, con 34 años, estaba casado y tenía 2 hijos. Desde el inicio de su carrera profesional había trabajado en compañías multinacionales.

Al principio las cosas marcharon bastante bien, a pesar de algunas discusiones menores. Los estilos de ambas empresas eran diferentes. En EPM la dirección era más participativa. Nacho siempre escuchaba a sus colaboradores y tenía un trato con ellos prácticamente de pares. En CONCREMEX las cosas eran un poco diferentes. El verticalismo era mayor y se tenía muy en cuenta el nivel jerárquico en todo momento. Quizá esto produjo algunos roces menores entre Javier y Eduardo. Y también entre Eduardo y otros empleados de EPM.

Al finalizar el primer trimestre los resultados no se acercaron a los previstos. Preocupaban varias cuestiones especialmente a EPM, para quien el emprendimiento representaba un proyecto muy grande, con una participación alta sobre el total de sus activos. Además, el estilo que imprimía Eduardo al negocio era mucho menos conservador que el que hubieran preferido. Requería más inversiones que lo que ellos consideraban razonable.

Las cosas entre Eduardo y Javier se pusieron complicadas. En cierta ocasión una discusión entre ellos alcanzó niveles muy altos de tensión. Eduardo sostenía que la compañía debía agregar mayor valor e incorporar un proceso complejo que requería importantes inversiones. Javier intentó cambiar la posición de Eduardo en este tema argumentando que era prematuro, que estaba demostrando ser más rentable la actividad actual en el estado en que se encontraba y que convenía ir midiendo el mercado antes de arriesgar más. Para reforzar el peso de su opinión, Javier alegó su carácter de representante de uno de los socios, y Eduardo lo tomó muy mal, contestando que él no tenía tal autoridad, y que en todo caso, no estaba obligado a responderle como si se tratara de  Nacho. La reunión dio por concluida, manteniendo Eduardo su postura, pero la relación entre ambos ejecutivos había llegado a un punto de desgaste mayúsculo.

En una ocasión Nacho y Carlos discutían sobre la marcha del negocio. No querían poner en peligro una relación comercial de muchos años. La preocupación de Nacho era tal que Carlos llegó a proponerle que la posibilidad de cambiar al director general si lo prefería.

Nacho conversaba estos temas con Javier. Tenían dudas sobre cómo actuar frente a esta situación. Pero tenía que tomar una decisión pronto, ya que no se sentía conforme, y sus socios, aún más conservadores, estaban mostrando una creciente preocupación.

¿Que decisión debería tomar Ignacio Pérez Monte? ¿Pediría la separación de Eduardo de su cargo de Director General? 



 ANEXO I - ORGANIGRAMA CONCREMEX

PRESIDENCIA: Lorenzo Cavazos

VP DE ENERGIA: Gustavo Ramírez López

DIRECTOR DE ENERTRAN: Carlos Sánchez Treviño

GERENTE GENERAL DE EPM DE MEXICO: Eduardo Layún Chala


ANEXO 2 – ENERGÉTICOS PEREZ MONTE

  • Composición accionaría:

    • - Familia Pérez Monte           50 %
    • - Grupo Holandes                  50%

  • Facturación anual aproximada: 200 millones de euros.
  • Cantidad de empleados: 300

  
ANEXO 3 – EVOLUCION EN LA FACTURACIÓN DE CONCREMEX

AÑO
FACTURACIÓN EN MILLONES DE USD
2000
12,120
2001
12,550
2002
13,820
2003
14,509
2004
14,990
2005
15,500