lunes, 25 de febrero de 2013

¿POR QUE EXISTE INFLACION EN ARGENTINA?


La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios. Desde que existe el dinero fue siempre uno de los mayores problemas económicos y sociales de la humanidad, y  su principal efecto ha sido restarles a las personas su poder adquisitivo, la capacidad para comprar los bienes que necesita, siendo los grupos de menores ingresos y los asalariados los más afectados. La inflación también reduce las inversiones, que no es otra cosa que provocar menos empleo.
Durante las últimas décadas se trató de un fenómeno que el mundo en general aprendió a controlar. Pero lamentablemente siguió siendo un grave problema en algunos pocos lugares como Argentina, Venezuela, Congo, Etiopía o Sudán. Se trate de la medición oficial (11 %) o de la privada (25 %), la inflación anual en nuestro país es injustificadamente alta.
En enero de este año la cantidad de billetes en circulación informada por el Banco Central superó los 230 mil millones de pesos. Un año atrás ascendía a 170 mil millones. Esto significa que el volumen de billetes que se puede utilizar como medio de pago aumentó 35 % en sólo doce meses. En el mismo período la economía argentina creció menos de un 2 %. Es decir, la gente tiene muchos más billetes para intercambiar por casi la misma cantidad de bienes y servicios. Y el principio de la escasez también se aplica al dinero. Lo escaso es más valioso y lo abundante, menos. Si se tienen más billetes para comprar las mismas cosas, el dinero pierde valor. Los precios, que no son otra cosa que la cantidad de pesos que se necesitan para cambiarlos por un producto cualquiera, ante esta circunstancia solamente pueden subir. Podría no ser así si las personas desearan conservar el dinero por alguna razón, pero cuando la inflación es alta, se produce un circulo vicioso por el cual prefieren desprenderse rápidamente de la moneda, como forma de protegerse, porque saben que mañana el mismo papel, tenga la cara de Roca o de Evita, le alcanzará para comprar menos cosas.
En nuestra opinión, la tasa a la cual se expande la cantidad de dinero debe disminuir, tiene que acompañar el ritmo al cual crece la economía. Y si el Gobierno elige no aumentar su endeudamiento, entonces debe ordenar su gasto, estableciendo prioridades en función de una agenda que tenga suficiente consenso.
Atacar la inflación debe ser una prioridad para el Gobierno Nacional. No tiene ningún sentido disimularla, ni culpar a otros actores, ni presentarla como algo bueno. No existe tal lado positivo. Con una inflación tan alta, nuestra moneda tiene hoy dos caras: mayor pobreza de un lado y menor confianza del otro.